No a la violencia contra la mujer.
MÁS DEL 33% DE LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO SON JÓVENES MENORES DE 30 AÑOS
Juventudes Socialistas muestra su satisfacción porque la erradicación de la violencia de género sea ahora una prioridad de Gobierno, como demuestra la aprobación de la ley integral de medidas contra la violencia sobre las mujeres, aunque esto no quiera decir que el problema esté solucionado, por lo que todos tenemos que seguir movilizados, y demandar día tras día un mayor compromiso de las administraciones y de los propios ciudadanos hasta conseguir acabar con la violencia de género.
El Gobierno y los grupos parlamentarios han hecho un importante esfuerzo para contribuir a la erradicación de la violencia de género, concertando voluntades y generando un texto legislativo que aborda en todos sus aspectos la violencia contra las mujeres, pero aún mayor ha de ser el esfuerzo conjunto para poner en práctica todas las medidas que la Ley prevé, por parte de todas las Administraciones públicas y de la propia sociedad.
La educación es fundamental para erradicar un problema que tiene sus raíces en el machismo y en la discriminación que han sufrido las mujeres a lo largo de toda la historia, porque a pesar de los avances conseguidos, todavía hay grandes retos pendientes, como es la plena incorporación al mundo laboral, la conciliación de la vida familiar y laboral, la equidad en la participación política y en los puestos de decisión o la eliminación de la violencia de género, y sin duda la educación tiene un papel fundamental en la consecución de estos objetivos.
Para Juventudes Socialistas el papel de las Administraciones es fundamental, pero no hay que olvidar que los ciudadanos tienen mucho que contribuir para erradicar este tipo de violencia.
Desde las administraciones públicas tiene que existir el compromiso de aplicar las medidas contempladas en la Ley contra la Violencia de Género, para hacer efectiva la mayor protección de la víctimas, y facilitarles que puedan llevar una vida normal, pero al mismo tiempo debe generalizarse por completo la consideración del maltratador como un delincuente capaz de matar, lo que las asociaciones de mujeres han venido a llamar un terrorista doméstico, con el fin de aislarlos socialmente. Todos debemos ser conscientes de que el maltrato doméstico no es un asunto que se dirime en cada casa, es un problema social, y todos tenemos que contribuir a erradicarlo.
Juventudes Socialistas de España (JSE) ha puesto en marcha una campaña para concienciar a los jóvenes de que ellos también son víctimas de la violencia de género, y de que deben estar alertas y movilizados para acabar con el maltrato a las mujeres.
Más del 33% de las muertes provocadas por violencia de género contabilizadas por el Instituto de la Mujer en lo que va de año corresponden de jóvenes menores de 30 años. En 2005 han muerto 18 mujeres menores de 30 años como consecuencia del maltrato doméstico, y este es un dato del que los jóvenes hemos de ser conscientes, porque a veces creemos que éste es un problema que no nos afecta, y la realidad y los datos dicen todo lo contrario.
Juventudes Socialistas muestra su satisfacción porque la erradicación de la violencia de género sea ahora una prioridad de Gobierno, como demuestra la aprobación de la ley integral de medidas contra la violencia sobre las mujeres, aunque esto no quiera decir que el problema esté solucionado, por lo que todos tenemos que seguir movilizados, y demandar día tras día un mayor compromiso de las administraciones y de los propios ciudadanos hasta conseguir acabar con la violencia de género.
El Gobierno y los grupos parlamentarios han hecho un importante esfuerzo para contribuir a la erradicación de la violencia de género, concertando voluntades y generando un texto legislativo que aborda en todos sus aspectos la violencia contra las mujeres, pero aún mayor ha de ser el esfuerzo conjunto para poner en práctica todas las medidas que la Ley prevé, por parte de todas las Administraciones públicas y de la propia sociedad.
La educación es fundamental para erradicar un problema que tiene sus raíces en el machismo y en la discriminación que han sufrido las mujeres a lo largo de toda la historia, porque a pesar de los avances conseguidos, todavía hay grandes retos pendientes, como es la plena incorporación al mundo laboral, la conciliación de la vida familiar y laboral, la equidad en la participación política y en los puestos de decisión o la eliminación de la violencia de género, y sin duda la educación tiene un papel fundamental en la consecución de estos objetivos.
Para Juventudes Socialistas el papel de las Administraciones es fundamental, pero no hay que olvidar que los ciudadanos tienen mucho que contribuir para erradicar este tipo de violencia.
Desde las administraciones públicas tiene que existir el compromiso de aplicar las medidas contempladas en la Ley contra la Violencia de Género, para hacer efectiva la mayor protección de la víctimas, y facilitarles que puedan llevar una vida normal, pero al mismo tiempo debe generalizarse por completo la consideración del maltratador como un delincuente capaz de matar, lo que las asociaciones de mujeres han venido a llamar un terrorista doméstico, con el fin de aislarlos socialmente. Todos debemos ser conscientes de que el maltrato doméstico no es un asunto que se dirime en cada casa, es un problema social, y todos tenemos que contribuir a erradicarlo.
Juventudes Socialistas de España (JSE) ha puesto en marcha una campaña para concienciar a los jóvenes de que ellos también son víctimas de la violencia de género, y de que deben estar alertas y movilizados para acabar con el maltrato a las mujeres.
Más del 33% de las muertes provocadas por violencia de género contabilizadas por el Instituto de la Mujer en lo que va de año corresponden de jóvenes menores de 30 años. En 2005 han muerto 18 mujeres menores de 30 años como consecuencia del maltrato doméstico, y este es un dato del que los jóvenes hemos de ser conscientes, porque a veces creemos que éste es un problema que no nos afecta, y la realidad y los datos dicen todo lo contrario.
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